La máscara: es una pieza fundamental para conseguir una buena adhesión al tratamiento. El uso de la máscara apropiada es una de las claves del éxito en la adaptación al tratamiento. Se fabrica con materiales blandos, adaptables a su anatomía facial, y se debe adaptar a cada paciente: la que mejor tolere y le produzca menos fuga de aire. No hay un modelo ideal, la mejor es la que sea cómoda y se le ajuste correctamente, sin fugas ni molestias. Todas tienen un pequeño orificio para que el aire que usted exhala pueda salir. Los tres tipos de mascara más habitualmente utilizadas son:
Si usted duerme con una mascarilla o un conector nasal y durante la noche se le abre la boca, puede ser necesario que utilice una mentonera. Se trata de una cinta que sujeta el mentón para evitar que se le abra la boca durante la noche.
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Fuente: SEPAR, “SOCIEDAD ESPAÑOLA DE NEUMONOLOGÍA Y CIRUGIA TORACICA” , 2020